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¿Cuáles son los tipos básicos de artritis?

Artritis significa literalmente "inflamación de las articulaciones". Las palabras griegas arthro y -itis, que significan "inflamación de las articulaciones", son los orígenes de la palabra. La artritis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. Puede afectar desde los dedos de las manos hasta las caderas y las rodillas. Los principales tipos de artritis son la degenerativa, causada por el uso excesivo de la articulación, y la autoinmune, que se produce cuando el sistema inmunitario ataca la articulación creyendo que son células causantes de enfermedades. Hay muchos otros tipos de artritis, como las causadas por infecciones o porque el organismo deposita distintas sustancias en las articulaciones, lo que puede provocar inflamación.

Inflamación

Independientemente de la causa, la inflamación puede provocar hinchazón, dolor y rigidez. Esta rigidez y dolor pueden provocar pérdida de movimiento y afectar a la capacidad de los pacientes con artritis para realizar sus actividades cotidianas. Por lo general, el dolor y la rigidez pueden controlarse con tratamiento y es posible realizar la mayoría de las actividades cotidianas. El uso excesivo de las articulaciones puede provocar artritis degenerativa. Es más frecuente en las personas mayores que en otros grupos de edad. Las personas que utilizan una articulación con frecuencia, como los trabajadores de fábricas o los deportistas, pueden desarrollar artritis degenerativa. Los tejidos que rodean la articulación se desgastan y son incapaces de funcionar correctamente.

La degeneración puede tratarse con inyecciones de glucocorticoides y el dolor también puede controlarse con analgésicos de venta libre como el paracetamol y el ibuprofeno. Cuando el sistema inmunitario de una persona ataca las articulaciones, se denomina artritis autoinmunitaria.

Recuerde

Las formas reumatoide y psoriásica de artritis autoinmune son las más comunes. Ambas enfermedades pueden tratarse con métodos similares. Ambos se centran en controlar la inflamación y prevenir el daño a las articulaciones. Para conseguirlo, pueden utilizarse antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME). Se cree que los DMARD pueden reducir la inflamación y el daño articular reumatoide. Muchas personas descubren que sus niveles de dolor disminuyen una vez que han controlado la inflamación.

Esto puede conseguirse con analgésicos de venta libre. Una infección articular puede causar cierta artritis, como la artritis séptica. Ésta se trata con antibióticos para eliminar la infección y analgésicos suaves para el dolor hasta que la inflamación y la infección remiten. Aunque la mayoría de los pacientes se recuperan completamente de la artritis séptica, algunos pueden desarrollar artritis degenerativa más adelante. Los depósitos de ciertas moléculas en las articulaciones pueden causar otro tipo de artritis. Puede tratarse de gota, enfermedad por depósito de pirofosfato cálcico (EDPC) o gota.

Gota

La gota se produce cuando la articulación desarrolla cristales de ácido úrico. El organismo deposita cristales de pirofosfato cálcico (CPPD) en la articulación. El tratamiento pretende prevenir la formación de cristales y controlar los síntomas causados por los cristales depositados. Para ello, se drena el líquido de la articulación y se inyectan corticosteroides. Para controlar el dolor se utilizan AINE. Si hay varias articulaciones afectadas, las inyecciones de corticosteroides no son prácticas. En su lugar, se utiliza un tratamiento oral con corticosteroides. La gota puede controlarse con cambios en la dieta.

 

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