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¿Es la artritis gotosa una enfermedad mortal?

Tanto la gota como la elevación del ácido úrico en sangre son enfermedades frecuentes en Estados Unidos. La gota afecta a casi el 4% de la población, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2007-2008 (NHANES). Esto supone 8,3 millones de personas. Aún más alarmante es el hecho de que la incidencia de la gota ha aumentado más del doble en las dos últimas décadas. Esto puede atribuirse a diversos factores, como el aumento de la incidencia de otras...

Veamos...

Entre estas enfermedades se encuentran la hiperlipidemia, la diabetes y la obesidad. Estas afecciones suelen denominarse "síndrome metabólico" porque todas ellas van juntas. El síndrome metabólico es el resultado de las opciones de estilo de vida tan comunes en Estados Unidos. La gota tiene un enorme impacto económico. Esto se debe al aumento de las visitas al médico, el aumento de las visitas a urgencias y el aumento de los costes de la medicación. La gota también puede asociarse a otras afecciones médicas que, como ya hemos mencionado, pueden resultar caras.

La gota no es una forma dolorosa de artritis. En la actualidad, la gota se considera un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular debido a su asociación con las afecciones mencionadas. Este elevado riesgo es independiente de otros factores como la hipertensión arterial, la diabetes y la edad.

Riñones

La gota y la enfermedad renal son otra asociación preocupante. La gota puede provocar una enfermedad renal en la que los riñones no funcionan con 100% eficacia. Dado que los ácidos úricos se excretan a través de los riñones, se produce una menor excreción y, en consecuencia, una acumulación gradual que conduce a niveles sanguíneos más elevados. Esto crea un círculo vicioso ya que los altos niveles de ácidos úricos en sangre pueden empeorar la enfermedad renal. Se ha demostrado que el ácido úrico puede causar inflamación de los vasos sanguíneos, lo que podría provocar daños renales y, posiblemente, los problemas cardíacos descritos anteriormente. Alrededor del 60% de las personas que padecen gota tienen algún tipo de disfunción renal.

Los antiinflamatorios no esteroideos y la colchicina, que se utilizan para tratar los casos agudos de gota, pueden tener un efecto negativo sobre la función renal. El alopurinol, un medicamento tradicional que reduce el ácido úrico sérico, también debe ajustarse a las anomalías renales.

 

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